
Las fachadas ventiladas son consideradas la solución más eficiente en lo relativo al cerramiento de edificios.
Gracias a su fácil instalación y a la gran efectividad que ofrece en términos sobre todo de ahorro energético, cada vez se consolidan más en el sector.
¿Qué son las fachadas ventiladas?
En la práctica un sistema de fachada ventilada cuenta con un muro soporte, una capa aislante y un material de revestimiento sobre un edificio con una estructura portante.
Entre los materiales utilizados y la estructura se forma una cámara de aire no estanca que permite que haya ventilación.
Fachadas ventiladas: ventajas y beneficios
Las fachadas ventiladas se han convertido en la elección preferible en términos de construcción sostenible, por las ventajas y beneficios que ofrecen.
- El aislante exterior protege todo el edificio minimizando la formación de puentes térmicos y en consecuencia el riesgo de formación de moho o condensaciones en las superficies.
- La cámara ventilada actúa como un elemento “desecador” de la migración higrotérmica del vapor de agua que se produce desde el interior hacia el exterior del edifico, de esta forma se hacen innecesarias las barreras de vapor incluso en climatologías severas
- Las fachadas con cámara de aire ventilada proporcionan el máximo nivel de impermeabilidad, clase 5, de acuerdo con el Código Técnico de la Edificación.
Para ello, es importante elegir los materiales adecuados. En URSA para fachadas ventiladas recomendamos lana mineral URSA TERRA Vento Plus T0003, URSA TERRA Vento P4252, URSA TERRA Vento Plus P8792, URSA TERRA Vento P8752 o URSA TERRA Vento Plus P4203, según las características de cada proyecto.
Por descontado, un beneficio consecuente de instalar fachadas ventiladas es aumentar la eficiencia energética del edificio, ya que con este sistema conseguimos un ahorro energético que se notará en nuestras facturas.
¿Qué es el efecto chimenea de las fachadas ventiladas?
El efecto chimenea que producen las fachadas ventiladas consiste en un fenómeno de convección natural, en el que en verano el aire caliente sube y la cámara de aire se renueva de aire más frío.
Al contrario, en invierno el aire no consigue calentarse lo suficiente así que no sube y permanece en la cámara de aire. La capa aislante retiene el calor y permite que se conserve el confort térmico interior por más tiempo.
Tipos de fachadas ventiladas según el material
Las fachadas ventiladas pueden tener distintas clasificaciones, siendo la más recurrente la que diferencia los tipos de materiales que se utilizan en la instalación:
- Fachada ventilada de composite
- Fachada ventilada de cristal (paneles de vidrio)
- Fachada ventilada de fibrocemento
- Fachada ventilada de madera (naturales o derivados)
- Fachada ventilada de metal (zinc, aluminio pulido)
- Fachadas ventiladas de cerámica (gres porcelánico, terracota)
- Fachadas ventiladas de hormigón prefabricado
- Fachadas ventiladas de piedra (mármol, granito, pizarra)
¿Qué es mejor aislar la fachada o cambiar la ventanas?
A la hora de rehabilitar una vivienda, una de las dudas más comunes es si es más conveniente aislar la fachada o cambiar las ventanas. Aunque ambas opciones tienen beneficios, el aislamiento de fachadas con materiales como los de URSA ofrece un mayor ahorro energético por un costo menor. Un ejemplo práctico es el Proyecto Remourban de Valladolid, donde se demostró que el coste de rehabilitar un metro cuadrado de ventana es seis veces mayor que el de aislar una fachada. Además, el aislamiento reduce la demanda de calefacción en un 40%, mientras que el cambio de ventanas solo lo hace entre un 8-10%.
La rentabilidad de la rehabilitación integral con URSA
Los expertos recomiendan realizar una rehabilitación integral en una sola intervención, ya que, aunque cada opción tiene sus ventajas, el retorno económico es mayor cuando se acometen ambas mejoras al mismo tiempo. Por cada euro invertido en aislamiento URSA, se obtiene un retorno de 1,92 euros, lo que demuestra que la inversión en soluciones de eficiencia energética es una opción rentable a largo plazo.