Cómo afectan los materiales aislantes a la salubridad de un edificio

A la hora de comprar una vivienda, sus futuros ocupantes suelen priorizar aspectos como su tamaño, orientación, memoria de calidades o aspecto estético. Pocas personas prestan atención a cómo este edificio, ya sea de obra nueva o rehabilitado, puede afectar a su salud, pero los expertos cada vez le dan una mayor importancia y ya han encontrado una denominación para aquellos espacios no saludables.
¿Qué es el síndrome del edificio enfermo?
El síndrome del Edificio Enfermo fue reconocido como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1982 y hace referencia a un edificio que causa problemas físicos en las personas que habitan o trabajan en él y que remiten cuando lo abandonan.
Las personas afectadas presentan síntomas indeterminados, similares a los del resfriado común o a los de las enfermedades respiratorias (dolores de cabeza, congestión nasal, goteo de nariz, estornudos, problemas de visión o en la piel, de garganta, dificultad para memorizar o concentrarse, mareos).
¿Cómo los materiales pueden influir en la salubridad de un edificio?
Hay muchos productos tóxicos que pueden estar presentes en algunos de los materiales de construcción con los que antiguamente se construía. Hoy en día, los materiales son sometidos a rigurosos controles y ensayos que determinan que no pueden afectar negativamente a la salud de sus ocupantes.
Por el contrario, hay materiales, como el aislamiento, que son capaces de aportar salubridad a los edificios en los que se instalan.
¿Cómo mejora la salud un material aislante?
La elección de materiales aislantes adecuados no solo mejora la eficiencia energética y el confort, sino que también contribuye a la salud y el bienestar de los ocupantes de un edificio y, por tanto, tendrá un impacto positivo en la calidad de vida de las personas.
Estos son los principales aspectos que mejoran gracias a los materiales aislantes:
Calidad del aire interior
Expiramos e inspiramos 20.000 veces cada 24 horas y la gran mayoría de las veces lo hacemos en espacios cerrados en los que permanecemos el 80% de nuestro tiempo. Con estas expiraciones emitimos unas 7,72 toneladas de CO2 al año a las que hay que sumarle las emisiones contaminantes de los productos de limpieza, el humo, los ácaros, las pinturas o los cosméticos, presentes en estos espacios.
Para mejorar la calidad del aire interior es imprescindible la ventilación de forma natural o mecánica, de forma que se asegure una renovación del aire. La gama URSA AIR para la construcción y aislamiento de conductos de climatización que cuenta con la tecnología InCare, reduce la presencia de microorganismos en el aire y elimina el 99,99% de las bacterias y virus.
Aislamiento térmico y confort
El aislamiento térmico permite mantener la temperatura interior en un rango confortable, evitando que el frío o el calor del exterior penetren o que se pierda la temperatura obtenida dentro del inmueble, gracias a la climatización o refrigeración. Las fluctuaciones de temperatura pueden tener efectos negativos en la salud, como resfriados, alergias, estrés y problemas respiratorios.
Aislamiento acústico y salud mental
Además del aislamiento térmico y la calidad del aire, el aislamiento acústico es otro aspecto importante para la salubridad de los espacios. La exposición constante al ruido excesivo puede causar estrés, trastornos del sueño, ansiedad y otros problemas de salud mental.
Los materiales aislantes, como la lana mineral de vidrio, desempeñan un papel crucial en la reducción del ruido exterior y en la minimización de la transmisión del ruido entre espacios interiores.
Humedades
La presencia de humedades por condensación en espacios interiores es mucho más frecuente de lo que pensamos. No sólo causa daños estéticos, sino que también pueden afectar a la calidad del aire que respiramos, favorecer la aparición de hongos y ácaros. Si la vivienda tiene humedades, sus ocupantes pueden presentar síntomas de tracto respiratorio superior e inferior, como tos, silbidos, asma, disnea, bronquitis, alergias e infecciones respiratorias.
Para prevenir su aparición un buen material aislante resulta clave.