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(De santos va la cosa)

«San Isidro labrador, quita el agua y pon el sol».  Hoy es 15 de mayo y en la capital parece que el santo patrón ha hecho caso del ruego, eliminando cualquier rastro del agua y trayendo un sol…¡de justicia!
Hasta 35 grados han llegado a marcar los termómetros, lo que ha acelerado la aparición de los tirantes, las sandalias y los pantalones cortos. Las altas temperaturas también nos han obligado a adelantar la temporada del aire acondicionado y estos días ya podíamos disfrutar de su mecánico frescor en centros comerciales, autobuses, oficinas…  En todas partes, ¡menos en mi casa!

Aquí, hace un año (madre mía como pasa el tiempo), vivimos el milagro del aislamiento. Bueno, el milagro fue que no hubiese un divorcio, pero terminada la obra de rehabilitación que nos llevó a tirar y «abrigar» todas las paredes exteriores de la vivienda, y después de haber superado uno de los inviernos más frío (y no lo digo yo, que lo dijo el hombre del tiempo), sí que podemos decir aquello de: «el aislamiento, ¡qué gran invento!».

, El milagro del aislamiento

Así estábamos hace un año (CPAC Comunicación)

En casa no pasamos ni frío ni calor, disfrutamos de una temperatura muy agradable, tanto en invierno como en verano, y hemos empezado a ahorrar. En invierno, en calefacción, y en verano en electricidad, ya que no hemos tenido que encender el aire acondicionado ni una sola vez. Además, no hay moho; la ropa sale seca y estirada de los armarios, y hasta la gata ha dejado de roncar.¡Vamos,  un milagro en toda regla!

Para agradecer que todo haya terminado bien, mi madre, que es muy de santos, ya se ha encargado de darle las gracias a medio santoral: a Santa Gema, por conservarnos la salud durante la obra; a San Judas Tadeo (patrón de los imposibles) por haberla llevado a buen término; a San Cucufato, por no perder nada durante el trámite: ni objetos, ni la paciencia, ni la cabeza… ¡Hasta le ha rezado  al Santo Cristo del Caloco y a la Virgen de la Nueva, patrona de su pueblo! (No me preguntéis por qué).

Sin embargo, no se ha quedado del todo contenta con este despliegue religioso y me ha pedido que investigue quiénes son los santos patronos de la construcción y las obras, «no vaya a ser que se sientan discriminados», me dice.

Yo he encontrado dos:

San Antonio de Padua. 

, El milagro del aislamiento

Albañil en plena acción

Sí, yo también pensaba que San Antonio era al que había que rezar para echarte pareja («San Antonio, bonito, tráeme un novio prontito»), pero al parecer este santo varón también es el patrón de los Albañiles. A él tenemos que darle gracias porque los operarios que trabajaban en mi casa (Mudito y Gordito) cambiasen rápidamente la orientación del aislamiento y así evitásemos una desgracia mayor (ver: La barrera de vapor… siempre del lado cálido, por favor). Su día es el 13 de junio.

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Tomás Apostol con su escuadra

Santo Tomás Apóstol.
Aquí tenemos al santo patrón de los arquitectos y de los constructores. Él mismo era arquitecto (maestro-tekton o arkhitekton) y uno de sus hechos más conocido es la historia del palacio del rey India, Gundoforo. El rey le encargó la construcción de un bello palacio y le dio dinero para ello, pero Tomás Apostol en lugar llevar a cabo el encargo repartió el dinero entre los pobre y le anunció a Gundoforo que con ese acto le había construido un palacio, pero en el Reino de los Cielos. Evidentemente, esto no gustó mucho y Tomás fue a parar a la cárcel… aunque al parecer, luego le perdonó. De cualquier manera, por eso se le representa con una escuadra. Su día es el 21 de diciembre.

Seguramente haya más, pero desde luego si en el caso de mi obra hubo intercesión divina, estoy convencida de que estos dos tuvieron mucho que ver.

Nos vamos a la pradera, esta vez a aislarnos el cuerpo para el verano a base de rosquillas. ¡Feliz San Isidro!

, El milagro del aislamiento

Nos vamos a aislar a base de rosquillas.