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(España adapta su normativa y los fabricantes se ponen las pilas)

, El futuro es de las casas pasivas

Passivhaus, casas pasivas, edificios de consumo de energía casi nulo… De un tiempo a esta parte no paramos de oír hablar de las casas del futuro, esas que apenas van a consumir o emitir energía, y que van a ayudar a mejorar la vida de sus habitantes. Pero, ¿qué diferencias vamos a notar? ¿Será mi vida diferente en una casa pasiva?

La respuesta es sí, pero no. El día a día en una casa pasiva es igual que en cualquier otra vivienda: te levantas, te duchas con agua caliente, enciendes la tostadora y la cafetera para desayunar, ves las noticias, etc. Hasta aquí sin novedades, lo mismo que en el resto de las casas, ¿entonces, dónde lo vas a notar? En la factura de la luz y del gas básicamente. Mientras que en una vivienda convencional (dependiendo de la zona climática,  los metros cuadrados, año de construcción, mejoras, aislamiento térmico…) lo normal es pagar en torno a los 100/150€ al mes en los meses más fríos del año, en una vivienda pasiva el ahorro puede ser del 90% e, incluso, del 100% –en un futuro no muy lejano–.

Entonces, ¿por qué no vivimos todos en casas pasivas o, al menos, con calificación energética A (de alta eficiencia energética)? La verdad es que esa es la idea.

Recientemente, el Ministerio de Fomento ha publicado el Proyecto de Real Decreto que adapta el Código Técnico de la Edificación (CTE) a la  Directiva 2010/31/UE y define los Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo. Dicho documento recoge las modificaciones que habrá que introducir en nuestra normativa para que los edificios del futuro sean, al menos, de alta eficiencia.

Además, se establece la obligación de revisar y actualizar los requisitos mínimos de eficiencia energética periódicamente, a intervalos no superiores a cinco años, con el fin de adaptarlos a los avances técnicos del sector de la construcción.

Estos cambios obligarán al sector de la construcción a adaptarse a nuevos requerimientos y a investigar para generar materiales de última generación que contribuyan a lograr este objetivo. 

En este sentido, algunos fabricantes ya se están adelantando a la situación y están lanzando al mercado materiales más eficientes, que garantizan el máximo confort y ahorro energético.

Lo hemos visto recientemente con URSA Ibérica. La compañía presentaba en CONTART el nuevo sistema URSA SECO, con el que se garantiza la estanqueidad de cualquier edificio, ya sea en obra nueva o en obras de rehabilitación y reforma.

Entre las principales ventajas de este sistema, hay que destacar:

  • Proporciona excelentes valores de hermeticidad, asegurando el confort de las estancias en las que se instala.
  • Ayuda a mantener una temperatura adecuada, acabando con las molestas infiltraciones de aire.
  • Bloquea las humedades producidas durante los meses fríos del año.
  • Tiene unas propiedades mecánicas reforzadas, con una gran resistencia a posibles desgarros.
  • Su dimensión y rejilla están adaptadas para una instalación fácil y sencilla.
  • Se presenta en un kit completo con todos los elementos necesarios para asegurar la estanqueidad de un inmueble.

Gracias a su aplicación, se mejora notablemente el comportamiento energético de la envolvente del edificio, contribuyendo a reducir el gasto.

En este vídeo nos lo cuentan estupendamente.