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La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de mantener los espacios interiores correctamente ventilados y contar con sistemas de climatización de calidad. Esto adquiere una mayor relevancia en edificios de pública concurrencia como hoteles, restaurantes, centros comerciales, etc. Los facility managers tienen ante sí el reto de reducir al máximo los agentes biológicos para mantener un espacio salubre y productivo. Los materiales en los sistemas de climatización actuales ofrecen la oportunidad de aumentar la calidad del aire interior a través de la propia instalación.

Hay tres factores que marcan la diferencia en la calidad del aire interior en estos edificios. El primero, su uso; el segundo, los riesgos microbiológicos de la ventilación y la climatización; y el tercero, el mantenimiento y limpieza de los sistemas.

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El primer factor es el uso intensivo diario, en ocasiones masivo. Una gran cantidad de usuarios socializan e interaccionan entre ellos y comparten zonas comunes o de tránsito. El primer factor nos conduce a la primera necesidad a resolver. Es imprescindible generar espacios de convivencia con los máximos índices de salubridad posibles. Para ello debemos tener en cuenta las exigencias de seguridad –y eficiencia energética- establecidas en el RITE que deben cumplir las instalaciones térmicas de los edificios con el objetivo de asegurar el bienestar e higiene de las personas. Todo ello en las fases de diseño, dimensionado, montaje, uso y mantenimiento.

El RITE define las categorías de calidad del aire interior que deben garantizar los edificios en función del uso al que están destinados.

Importancia de la Calidad del Ambiente Interior (CAI)

La Calidad del Ambiente Interior (CAI) es un factor determinante porque, como afirma el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), “en la actualidad, en los países industrializados los habitantes de las ciudades pasan entre el 60-80% de su tiempo en espacios cerrados, por lo que una mala calidad del aire interior puede afectar de manera seria a las personas”.

Es la norma UNE 171330 (2008) la que define como Calidad Ambiental en Interiores a las “condiciones ambientales de los espacios interiores, adecuadas al usuario y la actividad, definidas por los niveles de contaminación química, microbiológica y por los valores de los factores físicos”.

Riesgos microbiológicos

El segundo factor hace referencia a los riesgos microbiológicos en los sistemas de ventilación y climatización. La guía de buenas prácticas NTP 313 del INSHT asegura que “la mayoría de edificios industriales, comerciales y de oficinas, cualquiera que sea su tamaño, disponen de sistemas mecánicos de suministro de aire fresco el cual puede ser filtrado, calentado o enfriado y en ocasiones humidificado. En estos equipos se pueden dar las condiciones idóneas para el crecimiento y dispersión de los microorganismos o agentes biológicos”. 

Los microorganismos son transportados por el agua y por el aire exterior que contiene polen, esporas fúngicas y bacterianas o por el aire reciclado, que aporta los aerosoles generados por las personas que ocupan los edificios.

Dichos agentes biológicos pueden causar dos tipos fundamentales de patologías relacionadas con los sistemas de ventilación/climatización:

  1. Manifestaciones alérgicas que comprenden asma, rinitis, conjuntivitis, neumonías hipersensitivas, fiebre de los humidificadores o fiebre del lunes.
  2. Enfermedades infecciosas, siendo las más representativas la Enfermedad del Legionario y la Fiebre de Pontiac, ambas causadas por la bacteria legionella pneumophila.

La necesidad de implementar soluciones tecnológicas que ayuden a minimizar los riesgos microbiológicos es fundamental. Todos los paneles URSA AIR cumplen con la norma EN 13403, y aseguran la no proliferación microbiana. 

Estudios realizados por un instituto de investigación independiente de acuerdo a la norma ISO 20743:2013 avalan que los nuevos paneles URSA AIR con tecnología InCare muestran una capacidad de reducción microbiana de hasta más del 99,99% en las paredes internas del conducto.

Gracias a la mayor rapidez y efectividad biocida, logra un mayor cuidado de la calidad del aire que circula por el interior de los conductos de climatización y ventilación.

Estos conductos contribuyen a mejorar la calificación obtenida por los edificios con certificaciones de eficiencia energética, sostenibilidad y salud como LEED, BREEAM, VERDE o WELL y disponen de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP).

Mantenimiento y limpieza

El tercer y último factor hace referencia a la necesidad de llevar a cabo una labor de mantenimiento e higienización correcta de estos sistemas y canalizaciones. De poco sirve implementar tecnologías innovadoras si no se limpian, por ejemplo, los filtros tal como especifica la norma UNE 100012 sobre higienización de sistemas de climatización. 

Dicha normativa valora la higiene de los sistemas de ventilación y acondicionamiento de aire (SVAA) teniendo en cuenta criterios de valoración, descontaminación (higienización) y validación (eficacia) de la calidad higiénica del SVAA. 

Los nuevos conductos URSA AIR con tecnologia InCare son limpiables según los métodos habituales sin que sus revestimientos interiores se erosionen o se desgasten. 

La tecnología InCare es una medida complementaria al mantenimiento y limpieza de conductos. No reemplaza las pautas marcadas por las normas ni las recomendaciones proporcionadas por los expertos.

Si necesitas asesoramiento o quieres saber más contacta con nosotros en soporte.tecnico@ursa.com