Seleccionar página

(Qué hacer cuando hay humedades. Parte I)

La semana pasada se me ocurrió mover una de las cajas del altillo del armario para coger una sudadera vieja y cuál no sería mi sorpresa al descubrir que detrás de la caja, en lugar de una blanca pared, lo que había era toda una selva de negro moho. Y no os cuento cómo estaba la sudadera…

Podéis imaginaros mi desesperación al comprobar que esa humedad viva había fijado su residencia en el fondo de mi armario, sobre mi ropa, dentro de las cajas… Varias lavadoras después, un poco más calmada, telefoneé al seguro de mi casa para que me enviasen un perito. Tres días más tarde, tras un leve vistazo a esa materia negra y viva, ya tenía un diagnóstico: ¡humedad por condensación!

¿¡Qué es eso?! Y lo que es más importante, ¡¿por qué me pasa a mí?!

Como es natural en estos casos, recurrí a la única fuente que tiene todos los datos, ¡Google! que me envió a su prima hermana, Wikipedia, y esto fue lo que encontré:

“Condensación puede referirse a:

  • Condensación, cambio de estado de la materia que se encuentra en forma gaseosa a forma líquida.
  • Es el proceso inverso a la vaporización.
  • Condensación de taquiones.
  • Condensación intersticial.
  • En meteorología existe el punto de condensación, o punto de rocío”.

Me quedé igual… “¿taquiones” “¿intersticial?” “¿punto de rocío?”. Una nueva búsqueda me ayudó a darme cuenta de dos cosas: 1) los taquiones no tienen nada que ver con mi problema (en todo caso se los dejo a los físico-matemáticos), 2) solucionar este problema pasaba por contar con la ayuda de un profesional.

Al día siguiente, me puse en contacto con una empresa especializada que envió a mi casa un técnico para analizar problema. Este profesional, después de observar el interior y exterior de mi vivienda, me confirmó que era un problema de condensación provocado por un mal aislamiento de la casa –según me dijo, un fallo muy habitual en edificios construidos hace más de 40 años (como es mi caso)–. Al parecer, entre la pared que toca con el exterior y la interior apenas hay una cámara de aire de cinco centímetros, sin aislamiento. Por eso, cuando fuera baja la temperatura, ese frío pasa por (nulo) aislamiento y enfría las paredes interiores. Al hacer calor en casa (y aunque mi termostato no está a más de 21º), la diferencia de temperatura provoca que la humedad del ambiente, que es aquella que generamos al respirar, cocinar, etc., se condense en forma de agua en la pared.

“¡Vaya papelón!”, pensé, “¿y ahora qué puedo hacer?” El técnico especialista me explicó que podía aplicar dos soluciones: hacerme cargo del problema y aislar por el interior, o hacer partícipe a la comunidad y aislar por el exterior (al parecer, la solución más eficaz).

La primera de mis opciones, aislar por el interior, suponía la eliminación de las paredes interiores (picar); instalación de material aislante (lana mineral, preferiblemente); creación de un nuevo tabique interior con cámara de aire para garantizar la correcta ventilación; recolocación de todos los enchufes; calefacción, y pintar.

La segunda de mis opciones era convencer a toda la comunidad de vecinos y aislar por el exterior. ¿Y en qué consistiría la obra?

Según me explicó el técnico, existen varias formas de rehabilitar una fachada:

  • Rehabilitación de fachadas con sistema de aislamiento térmico por el exterior (Sistema
    SATE-ETICS), que consistiría en la aplicación en la fachada del edificio de un revestimiento aislante, protegido por un mortero.
  • Rehabitación de fachadas por el exterior mediante la incorporación de una fachada ventilada. Que es un sistema está formado por un aislamiento rígido o semirrígido, (generalmente lana mineral), que se fija a la fachada, y una hoja de protección separada del aislamiento, formando una cámara por donde circula el aire.
  • Rehabilitación de fachadas mediante la inyección en cámara de aislamiento térmico, un sistema que se aplica cuando no existe la posibilidad de rehabilitar toda la fachada, se puede inyectar material aislante en el interior de la cámara de aire (siempre que haya y sea accesible).

Ahora, con todo este material, me iré a ver a mi administrador de fincas a ver si con un poco de suerte lo podemos plantear en la próxima reunión de vecinos. Os dejo un vídeo realizado por el IDAE donde se explica la importancia del aislamiento, también desde el punto de vista energético. Seguiremos informando.