(Mejora tu vivienda, para mejorar tu salud)
¿Esta imagen te suena? ¿Tus ventanas se ponen a llorar en cuanto bajan las temperaturas? Es posible que tengas un problema con el aislamiento.
Según recientes informes, el 19% de la población española convive con el moho y los problemas por humedad en sus viviendas. Además de afear las paredes (a nadie le gusta ver una mancha negra y peluda trepando por los rincones), los problemas derivados de la alta condensación de humedad en el interior de las casas también afectan a nuestra salud: alergias, picores y dificultades para respirar son algunos de los síntomas más fáciles de identificar.
Las ventanas, sobre todo si son antiguas o están mal instaladas (o aisladas), son uno de los lugares de la casa preferidos por al moho. Son responsables de la pérdida de un 20% de la energía de las viviendas, además de fuente de disgustos para sus propietarios cuando comienzan a «llorar», mojando las paredes.
Para solucionar el problema podemos optar por cambiar las ventanas por otras de mayor eficiencia energética. Por ejemplo, las ventanas de aluminio con rotura del puente térmico o con marco de vinilo son mucho más resistentes a la transferencia de calor, mejorarán el aislamiento tanto térmico como acústico. Además, este tipo de ventanas proporcionan un ahorro cercano al 70% en las emisiones respecto a las tradicionales (500,41 Kg/m2, según datos del Informe GTR 2012).
Si además nos preocupa el impacto ambiental, podemos optar por materiales más naturales,como la madera certificada (PEFC o FSC). Existen en el mercado ventanas que combinan este material con aluminio y aislante térmico, garantizando así un mejor comportamiento ante los cambios de temperatura.
Este cambio, combinado con la instalación por parte de profesionales de un aislante térmico que cuente con barrera de vapor, evitará la futura aparición de moho y humedades, sanará las paredes y garantizará una mayor calidad del aire interior.
Sin embargo, no siempre está en nuestra mano realizar este tipo de inversiones. Para aquellos interesados en reducir la factura energética siempre hay pequeñas «reformas» que se pueden llevar a cabo. Por ejemplo, aislar térmicamente el tambor de la persiana nos permite mejorar un par de grados la temperatura en el interior de la habitación y, además, mejorar el confort acústico.
También podemos colocar burletes en las ventanas, sellar el cerco e, incluso, colocar una doble ventana. ¡Y por supuesto no te olvides de utilizar el calor del sol! Si brilla con fuerza, deja que entre y caldeé la habitación, además de secar las humedades, te ayudará a ahorrar unos euros en calefacción.