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(vocabulario básico para no quedarnos con la boca abierta)

La semana pasada me acerqué a ver a mi administrador de fincas para comentarle todo lo que el técnico me había explicado para evitar el problema de moho y humedad en mi casa. Después de una hora de reunión contándole todos los pormenores, convinimos en proponer el tema en la próxima reunión de vecinos, pero, para facilitar el trabajo me sugirió que escribiese un pequeño vocabulario para poder explicarlo todo de la manera más sencilla posible.

Estos son algunos de los términos que tuve que buscar y que creo que ayudarán a entender mejor el problema que tenemos en nuestras viviendas.

Humedad por condensación (condensación intersticial). La mejor explicación la encontré en el blog derehabilitacionites.blogspot.com.es : “Se trata de la transformación del vapor de agua que hay en el ambiente interior en agua líquida, y esta transformación se efectúa en la superficie más fría de toda la habitación. Los puntos críticos son los cristales de las ventanas y las esquinas de las habitaciones. Si encontramos una cama apoyada contra la pared, este será otro punto habitual.

Y si la humedad no entra de fuera a dentro, ¿cómo se genera? Pues básicamente con la propia vida que se desarrolla en el interior de la vivienda”, es decir, la respiración de sus habitantes, el vapor que se produce en la cocina, al ducharse, etc.

En este blog también explicaban el modo más adecuado de atajar este problema: subir la temperatura interior de la vivienda. De hecho, aseguraban que el mejor modo de hacerlo es aislando, ya que así se evitan pérdidas innecesarias de calor.

Aislante. Según la RAE (Real Academia Española), un aislante es un material “que impide la transmisión del calor, la electricidad y/o el sonido”.

Por lo tanto, aislar sería la acción de aplicar un aislante y, atendiendo a la definición de la RAE, éste puede ser térmico, acústico o ambos.

  • Aislante térmico: Cuando hablamos de aislante térmico en construcción nos estamos refiriendo a un material que se caracteriza por su alta resistencia al paso/pérdida del calor o el frío. “Establece una barrera al paso entre dos medios que naturalmente tenderían a igualarse en temperatura, impidiendo que el calor traspase los separadores del sistema que interesa (como una vivienda o una nevera) con el ambiente que lo rodea”, nos aclara la Wikipedia.
  • Aislante acústico: En este caso nos estaríamos refiriendo a un material que impide el paso del sonido, ya sea bloqueando su entrada o impidiendo su salida.

Existen muchos tipos de materiales aislantes –la paja, el corcho, el algodón, las virutas de madera…– ya que a lo largo de la historia del ser humano la lucha contra el frío y la lluvia ha sido una prioridad. Sin embargo, actualmente (y gracias a la investigación y la aplicación de las nuevas tecnologías en el diseño de elementos que mejoren el confort) existen varios tipos de materiales que no sólo mejoran las prestaciones térmicas de nuestras viviendas, sino que nos protegen de otros factores como el fuego el ruido. Hablamos del poliestireno, la lana mineral, vídrio celular… (un universo que merece una explicación mucho más detallada).

Envolvente. He aquí un término que tiene su miga. Lo primero que piensas cuando te mencionan esta palabra es en la fachada y es cierto, la fachada es parte de la envolvente, pero no toda. ¿De qué hablamos cuándo hablamos de envolvente? De nuevo internet nos ofrece una respuesta. En la página web Elcertificador.com explican que “la envolvente térmica se compone de los cerramientos del edificio que separan los recintos habitables (las viviendas, espacios comunes, etc.) del exterior”. En este caso nos estamos refiriendo a la fachada, pero también a la cubierta (el techo, para que nos entendamos, así como el suelo que está sobre un garaje o sobre el terreno), las ventanas, los lucernarios, los muros…

, Aislamiento, ¿qué es?

No quisiera terminar esta entrada sin hacer referencia a una última palabra que es fundamental cuando hablamos de aislamiento, transmitancia térmica.

Este concepto sirve para expresar la capacidad aislante de un elemento constructivo particular. Es decir, nos sirve para calcular las pérdidas de calor o frío que se producen en una casa para poder calcular el grosor del aislamiento o la necesidad de calefacción/refrigeración.

No sé si con esto será suficiente, pero yo seguiré trabajando hasta que consiga arreglar mi problema de humedades, ¡seguro!