Para obtener una envolvente lo más energéticamente eficiente, es necesario controlar las filtraciones de aire y las condensaciones intersticiales.
Una buena estanqueidad evita las filtraciones de aire, que producen pérdidas y ganancias energéticas en el edificio. Combinando una buena estanqueidad con una ventilación controlada, proporciona una unas condiciones de salubridad óptimas.
La condensaciones intersticiales se producen cuando el aire con una cierta humedad se enfría (por contacto con una superficie fría) y no puede contener tal cantidad de vapor y el exceso se transforma en agua líquida, por lo que se produce la condensación. El análisis del riesgo de formación de condensaciones intersticiales permite determinar cuando la barrera de vapor es necesaria o innecesaria.